Opiniones: Expertos en el Sector
El consumo de gas natural repunta en octubre por la generación eléctrica y la llegada del frío
La demanda energética crece un 8,5% interanual, impulsada por el uso del gas en ciclos combinados.
Las gasolinas y el diésel también suben, mientras el GLP y los fuelóleos prolongan su caída.
El mercado energético español cierra octubre con un repunte notable del consumo de gas natural y un comportamiento mixto en los productos petrolíferos. Los primeros datos del mes apuntan a un incremento del 8,5% en el consumo total de gas natural respecto a octubre de 2024, impulsado por la generación eléctrica y por el descenso de las temperaturas medias en la segunda quincena del mes.
El gas natural, motor de la generación eléctrica
El uso del gas para generación eléctrica ha registrado un crecimiento interanual superior al 40%, ante la menor producción renovable y la necesidad de respaldo del sistema eléctrico.
Durante varias semanas del mes, las centrales de ciclo combinado han aportado más del 25% de la electricidad nacional, confirmando su papel estratégico en la cobertura de la demanda.
En paralelo, el consumo convencional de gas —hogares, industria y servicios— ha crecido de forma moderada (+1,2% interanual), impulsado por el aumento de la demanda térmica residencial. El GNL de consumo directo, por su parte, registra un avance del 4,7%, vinculado a la recuperación de la actividad industrial en puertos y plataformas logísticas.
Los carburantes mantienen el pulso del transporte
El consumo de combustibles de automoción sigue al alza, consolidando la recuperación de la movilidad.
Las gasolinas suben un 4,8%, impulsadas por la estabilidad del tráfico particular y el turismo de otoño, mientras que los gasóleos de automoción avanzan un 2,6% gracias al dinamismo del transporte pesado y la distribución urbana.
En conjunto, el trimestre confirma una tendencia ascendente del +3,4% interanual en los combustibles de transporte, con un consumo acumulado desde enero que supera en un 2,3% al del mismo periodo de 2024.
Por el contrario, el GLP (Gas Licuado del Petróleo) y los fuelóleos mantienen su retroceso estructural, con descensos del -11,5% y -7,8% respectivamente. Ambos productos continúan cediendo terreno frente al gas natural, la electrificación y las políticas de eficiencia energética.
Balance acumulado de 2025
Entre enero y octubre, el consumo total de gas natural alcanza 276.000 GWh, un 6,2% más que en el mismo periodo de 2024.
El gas destinado a generación eléctrica acumula un crecimiento del 31,4%, mientras que el convencional se mantiene estable (+0,8%).
En el ámbito petrolífero, los combustibles de automoción presentan una subida acumulada del 2,3%, confirmando la recuperación sostenida del transporte por carretera y del consumo logístico.
El GLP y los fuelóleos prolongan su caída con descensos del 15,9% y 9,2% respectivamente, alineados con la transformación estructural de la matriz energética nacional.
Factores estructurales y señales del mercado
El comportamiento del mes refleja la dualidad de la transición energética española.
Por un lado, la dependencia del gas natural como respaldo a las energías renovables persiste, especialmente en momentos de baja producción eólica o solar.
Por otro, el consumo de productos fósiles tradicionales sigue reduciéndose a favor de fuentes más limpias y eficientes.
El enfriamiento del clima y el aumento de la demanda térmica han sido los catalizadores inmediatos, pero la tendencia subyacente apunta a un modelo de consumo más flexible, donde la gestión inteligente de la oferta y la diversificación tecnológica ganan protagonismo.
Perspectivas: estabilidad con dependencia controlada
Octubre deja un mensaje claro: España sigue avanzando en la transición energética, pero el gas natural continúa siendo indispensable.
Mientras el parque renovable sigue creciendo y la electrificación del transporte se acelera, los ciclos combinados actúan como red de seguridad para garantizar la estabilidad del sistema.
El cierre de 2025 se prevé estable en precios y en suministro, con una política energética que busca equilibrar tres objetivos: sostenibilidad, seguridad y competitividad.
La clave para 2026 será mantener este equilibrio mientras se acelera la incorporación de biometano, hidrógeno verde y tecnologías de almacenamiento que reduzcan la dependencia del gas convencional.
Datos contrastados con fuentes oficiales.
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